Muchas veces, en los negocios, en el entorno profesional o personal, nos aparecen conflictos o situaciones incómodas para los que la vía judicial no siempre es el mejor camino, o al menos no siempre debería ser la primera opción.
Muchas veces pequeños conflictos o desacuerdos acaban como nunca imaginamos que podían terminar. A las partes implicadas les resulta complicado gestionar situaciones en las que las emociones, sentimientos y el daño sufrido, se entremezclan, dificultando la búsqueda de una solución. Sin embargo, la vía judicial no siempre es el mejor camino, es un proceso estresante para todas las partes, por ello, una negociación previa con la otra parte o su abogado, en caso de que lo tenga, puede ser un camino que aporte las siguientes ventajas:
- Las partes nunca pierden el control en la gestión del conflicto, adoptando acuerdos voluntarios acrecentando su responsabilidad.
- El objetivo es alcanzar un acuerdo voluntario evitando la litigiosidad judicial
- Ahorra costes a las partes
- Ahorro de tiempos procesales.
- Las partes son las únicas protagonistas y quienes tienen siempre la última palabra
- Se humaniza el conflicto